Estos abrasivos tienen una construcción micropiramidal. Cada pirámide está compuesta por una mezcla de resina y mineral de tal forma que, a medida que se produce el desgaste del abrasivo van apareciendo siempre granos de mineral nuevos, que facilitan el lijado. Gracias a esta característica, obtenemos un rendimiento constante y un acabado predecible.
La consistencia es uno de los muchos beneficios de este tipo de abrasivos, al que hay que unir la calidad, la duración, el poder de corte, la eficiencia y la economía.
Aportando el mismo patrón en toda la superficie del abrasivo, evitamos los defectos de lijado. Los canales existentes entre pirámides, facilitan la expulsión del polvo producido en el lijado evitando el embazamiento. Estos canales, también facilitan el paso del aire, evitando el calentamiento excesivo de la pieza y el deterioro del abrasivo.
Al contrario que con los abrasivos convencionales cuyo grano se va arromando con el uso, en los abrasivos Trizact™, siempre tenemos mineral nuevo con aristas vivas, lo que le confiere un gran poder de corte asegurándonos obtener el mismo acabado durante toda la vida del abrasivo. De esta forma, podemos usar el abrasivo hasta el final, encontrando que su duración es mayor que la de cualquier otro producto.